EPICONDILITIS
¿QUÉ ES?
La causa de la epicondilitis es una inflamación de las inserciones musculares en el epicóndilo del codo. Es una variedad de tendinitis. La epicondilitis lateral, también llamada "codo de tenis", es el término que se utiliza cuando las inserciones musculares en la parte lateral del codo están inflamadas.
El dolor puede aparecer a nivel de la inserción muscular en el hueso del codo o se puede irradiar hacia los músculos del antebrazo y ocasionalmente hasta la muñeca.
La epicondilitis generalmente se relaciona con el sobreuso o con un traumatismo directo sobre la zona. El dolor es más intenso después de un uso intenso o repetitivo de la extremidad. Las actividades que suponen prensión fuerte o rotaciones del antebrazo lo agravan especialmente.
Causas
La principal causa de la epicondilitis lateral o codo de tenista es el sobreuso de la musculatura por lo que afecta al brazo dominante, pero debe tenerse en cuenta que la epicondilitis no se limita a deportistas, sino que se puede dar en cualquier actividad que suponga esfuerzos reiterados en el codo (martillear, uso de destornilladores, uso de tijeras -peluqueros- o incluso trabajar con un ordenador).
Podemos enumerar otras causas como determinantes de sufrir esta lesión:
- Cicatrización de microdesgarros.
- Mal uso de maquinarias vibratorias.
- Esfuerzos repetitivos por actividades laborales como por ejemplo la jardinería.
- Forzar el brazo en una actividad deportiva.
- Soportar grandes pesos.
- Traumatismos.
- Fragmentación en el tendón.
- Luxación de codo.
- Fractura de codo con fragmentos que repercuten en los tendones.
Sintomas
Algunos de los síntomas más comunes de la epicondilitis lateral o codo de tenista son:
- Dolor de codo localizado.
- Dolor de codo que puede irradiarse hasta la muñeca.
- Inflamación en el codo lesionado.
- Dolor y limitación de movimiento.
- Sensación de hormigueo.
Tratamiento indicado para ayudar contra la EPICONDILITIS
El tratamiento del codo de tenista se basa en una serie de medidas que ayudarán a aliviar el dolor, prevenir y mejorar la dolencia:
- Reducir las actividades que causan dolor.
- Modificar las actividades que agravan el dolor.
- Realizar frecuentes descansos y estiramientos.
- Utilizar codera elástica.
- Reposo de la movilidad articular.
- Colocar hielo en el codo por 20 minutos cada 3 o 4 horas durante 2 o 3 días.
- Usar una banda elástica que se coloca alrededor del antebrazo justo debajo del codo para evitar el dolor.
- Termoterapia con onda corta y ultrasonidos.
- Corrientes analgésicas de baja y media frecuencia (Tens, Diadinámicas e Interferencial).
- Masajes.
- Uso de AINEs (Antiinflamatorios no esteroideos).
- Se sugiere el fortalecimiento de los músculos.
- Infiltraciones con corticoides.
- Factores de Crecimiento. Es una terapia mínimamente invasiva que permite una rápida regeneración y cicatrización del tejido dañado sin ingreso hospitalario ni intervención quirúrgica. Los Factores de Crecimiento se pueden combinar con la Ozonoterapia.
- Ondas de choque
Diagnóstico
Primero hay que realizar una evaluación exhaustiva de la articulación del codo y de manera global:
- Examen visual: para comprobar la alineación de la articulación, apariencia de la piel, inflamación etc.
- Palpación dolorosa del epicóndilo.
- Se llevarán a cabo diferentes movilizaciones de la mano, dedos, codo, hombro, etc, para valorar la gravedad de la dolencia.
- Se valorarán también posibles afecciones nerviosas
- Y se recopilará la información correspondiente a las actividades diarias del paciente que puedan influir en la patología.
Si el traumatólogo lo cree necesario se llevará a cabo una analítica para valorar el acúmulo de cristales de ácido úrico en la articulación, pudiendo ocasionar dolor e inflamación.
Además el traumatólogo y el fisioterapeuta necesitarán radiología y pruebas complementarias para tener un diagnóstico definitivo.